en el archipiélago /
textos de aquí
Genoveva Arcaute
/ Poemas
Nadie se alarme
no hay ningún evangelio en todo esto
Cuerpos claros delgados
él la nuez de adán
ella los tobillos
Los huesos están todos
del lado de adentro.
No hacen peso en la sábana
vitelina que flota
en cascarón de casa
de recién casados.
Flota en una noche
con piedras que estallan
la cocina vacía
los cuerpos tibios claros.
Al fin, por el siempre de la noche
solos.
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Pistola enterrada no dispara
Mejor estará en tierra
pistola que nunca disparó
El fierro hierro fiero
descansa su frío y su silencio
Feto de metal en su bolsa de tierra
nunca tendrá voz
Aborto de la muerte
Féretro de pólvora
que no tuvo estreno
Qué más puede decir
sino en olvido
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A la clase de latín la custodian
cuatro hombres armados
vestidos de suburbio
Adentro las vocales escanden
como en misa
No se esconden
pero hay
un silencio de escándalo
el léxico en folleto contiene
los himnos del día
El futuro de todos
flota en un lema de escudo
Los cirios de neón requisan los cuadernos
Se hace como si no se oyera
el tam tam de unos parches
las paredes gritan silencio
y se caen de los papeles
Cuatro hombres armados pasean
su bulto y su desprecio
Adentro hay miedo pero tienen
todos los huesos tensos tersos
por adentro
Las musas sicilianas cantan con recelo
grandes cosas
para los poderosos
También el poeta tiene miedo
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Evitaevitaevitaevitaevitaevita
la gota que horada esta piel de la tierra
Evatía esa flecha estos días
que estallan en las manos cerradas
en los libros los muros las cartas
Evitieron en masa las clases los claustros
Evatieron las tapias con piernas de goma
Cayeron después los evatidos
sobre una higuera muerta
y después patearon los cerrojos
Abrieron las puertas
evaciaron los muebles
y los ojos
Evanecida vida recluida
evitista no evalúa nada
Esa costilla
que pregona flacura
(todavía esos huesos
del lado de adentro)
Ahora el jardín está lleno de pozos
tierra removida
ceniza caliente
ángulo de foto
pedazo de jopo
el viento y la sonrisa.
* * *
Miguelángeles de luz
derriten este mármol de historia
y juntan
sus cuerpos blancos y delgados.
Esternones quilla de volar
que se pulen de brillos a la pluma
y casi salen a techear con las auroras
y los pájaros tempranos.
Nunca cuerpos con nuevos agujeros
les desea el trueno y la tormenta
Milesángeles espuman
el caldo de sus sueños.
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Los libros arden como en las películas.
Hay fuego en tus pupilas y también en las mías.
En hogueras de cine siempre hay
algunos grandes títulos
-el nombre de la víctima-
y sus autores capitales.
La cámara planta
más luz para filmar.
Aquí sólo hay el fuego y nosotros,
los libros se desloman en montón.
Evocamos las graves escenas
y protagonizamos
sin gloria el papel:
somos los que prenden el fuego
somos los que arriman el bidón y la chispa
somos los que arden
En los ojos el fuego rueda
este cuadro para nadie.
Y hay cenizas de palabras
que habían sido tan bellas.
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¿Nadie les dirá que trabajan
para hueco en esa foto?
(Inéditos)
Genoveva Arcaute
Genoveva Arcaute, La Plata, 1953. Es profesora de Letras y traductora de francés. Colaboró con la revista “Humor Registrado” y otras de Editorial La Urraca durante diez años (1980/90). También escribió teatro de humor y sus obras fueron representadas en La Plata y Buenos Aires. En 2007 publicó “Mandorla”, su primera novela. Es autora, además, de otra novela, “Biblopista, tres casos de Doris Milano”, y de un poemario, “Todas somos Frida”.