Tuerto Rey - Poesía y alrededores

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Roberto D. Malatesta
/ "El que bruñe la piedra de la Gracia"

AMENAZAS DE DERRUMBE

Vaciaron la sala,
ni padres, ni enfermos, ni acompañantes.
Los chiquitos en brazos, con sus tubos como juguetes,
felices de salir del encierro de camas con barrotes.
Adentro sólo quedó mi hijo,
yo no podía verlo, rodeado como estaba
de médicos, enfermeros y aparatos.
Me informaron luego del paro respiratorio
estabilizado.
Había sido entubado y ahora
lo llevaban a cirugía.
Lo sacaron en la camilla y me dijeron
que podía besarlo.
Yo sentí frío en él y me sentí
como esos edificios que cruzan con cintas rojas
porque el derrumbe es inminente.
 

POR LA MAÑANA, A UN
GATO EN EL TECHO
TOMANDO SOL

Gato,
si te quitasen el sol
y te quitasen los tejados,
-mirame-,
así te sentirías.
 

CAMINO

A veces siento que camino
como el que porta un explosivo.
 

MAL ESCALADOR

Tengo en mi casa una virgen de Guadalupe,
un sagrado corazón, algunas estampitas,
y varios crucifijos. Aristas en la roca,
salientes de montaña para manos y pies
tantas veces sangrantes.
Soy mal escalador,
un alpinista fracasado,
aunque sé
que pérdida o ganancia
suelen asimilarse
hasta lo indiscernible.
Oh cumbre inmaculada de eternas nieves,
de la que vi bajar un viento blanco
que circundó la casa,
y nada más supe.
Entonces admitamos, hay un conocimiento
dentro del no saber al que llamamos fe.
Por ello es que guardo
rocosas aristas en donde
pisar y aferrar, con la vacilación
de un cuerpo. Con la ambigua
serenidad del alma.


FOTOGRAFÍA

Te miro, irradiás calma.
No supe ni sabré en qué pensabas,
por lo demás una fotografía
es algo tan cercano
que aleja. No obstante, lo admito,
muchas veces estando junto a mí
eras todo un secreto.
Ahora te veo en un paisaje de montañas,
no recuerdo si fue tu madre o yo
quién sacó la foto.
Te ves muy bien, un chico sano,
tanto que parecés feliz de sólo
estar allí, al borde de un camino.
Aquí el tiempo es muy malo, no para de llover.
Puse el portarretratos con tu fotografía
en mi mesa, no sé si de algo sirve
o sólo me hago daño.
Que Dios te bendiga, ojalá
el próximo verano pueda fotografiarte
junto al mismo, o cualquier otro,
camino de la vida.
 

NO FUE LO QUE SE DICE UN PASEO

No fue lo que se dice un paseo grato
este viaje en el tiempo. Por pedido del médico
agrupé año tras año, los estudios de mi hijo.
Fechas, ciudades, clínicas,
un verdadero mapa del dolor.
No fue un paseo bello, ni un entretenimiento
para un día domingo, pero tuve que hacerlo
como se hace en la vida:
con sangre de la buena y sangre de la mala.
Se hace nomás, no se pregunta, y vino,
imprevisto, el recuerdo de mi abuela fregando
la ropa en el invierno, las curtidas manos,
soplos de un viento frío y la espuma más blanca.

Roberto D. Malatesta

Roberto D. Malatesta

Dice Roberto Daniel Malatesta (Santa Fe, Argentina, 1961) en la breve presentación de “El que bruñe la piedra de la Gracia”: “Este libro es sólo un intento de dar en un blanco oculto. Un blanco que salió de tiempo y espacio. Puede que ese terreno a la poesía, tanto como al amor, no le sea un imposible". También agrega: “Casi todos estos poemas fueron escritos mientras Emiliano estuvo entre las cosas y los días…”, y subraya: “Aquí el único necesitado soy yo”.
 
Con ternura y crudeza, el libro nos lleva por caminos que, bendecidos aquellos que logran transitarlos. Luminosa poética ante el más agudo de los dolores humanos: la convalecencia y muerte de un hijo. Sin embargo, no hay devastación aquí, hay mesura y entrega, y un cierto resplandor inalterable.
 
Transcribo algunos poemas del libro, editado amorosamente por “Ediciones La piedra de la Gracia” en marzo de 2023. (SC, mayo 2023)