Tuerto Rey - Poesía y alrededores

poesía, magia y alrededores /
de la literatura universal

Emerson
/ "Notas del bosque I"

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Era uno de esos días afortunados,
cuando mana el genio de Dios,
el viento puede soplar en veinte direcciones,
pero nunca estallar una tempestad;
puede estallar al norte, que aún hace calor;
o al sur, que aún está despejado;
o al este, que huele como un campo de tréboles;
o al oeste, que no hay riesgo de truenos.
El pensativo campesino de grandeza humilde
se sentaba junto al agua en el bosque;
las raíces de los pinos, como sogas, crecían cruzadas,
dispuestas como el entramado de su trono;
el gran lago, bordeado de arena y herbazales,
estaba bruñido como una superficie de cristal,
pintado de sombras verdes y orgulloso
de los árboles y las nubes.
El campesino era el centro de la escena:
al dar en él, el sol parecía más sereno,
las colinas y nubes conocían su rostro
que guardaba un parecido con los suyos,
gracias a una secreta afinidad conocían
al hijo público de la tierra y el cielo.
«Preguntas —dijo— qué guía me condujo
por intransitables matorrales,
por bosques densos, agrestes y vastos.
Encontré el cauce del agua.
Los cursos de agua fueron mi guía:
viajé agradecido a su lado
o a lo largo de su lecho reseco,
me condujeron por la húmeda espesura,
por helechales y frondas, colonias de castores,
por cauces de granito atajé mi camino
y demostraron su amistad irresistible;
las aguas que caían me guiaron,
las aguas sustanciosas me alimentaron,
y me llevaron hasta la tierra más baja,
infaliblemente hasta la arena del mar.
El musgo sobre la corteza de los árboles
fue mi estrella polar en las noches oscuras,
las bayas moradas en el bosque
me proporcionaron la comida necesaria;
pues la naturaleza siempre es fiel
a aquellos que confían en su fidelidad.
Cuando el bosque extravíe mi camino,
cuando me engañen la noche y la mañana,
cuando el mar y la tierra me nieguen alimento,
habrá llegado el momento de morir;
entonces mi madre todavía dispondrá
una almohada en su campo más verde,
y las flores de junio acudirán a cubrir
la arcilla de su difunto amante».
 

Emerson

Emerson

R.P. Emerson, EEUU, 1803-1882, en “Naturaleza”, Nórdicalibros 2020, traducción de Andrés Catalán. Fragmento 4 de “Notas del bosque I”.
Dibujo de Eugenia Ábalos.