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Julio Salgado
/ Fragmentos de “Frías/Catábasisâ€

    Un poema encadenado en secciones y un diálogo con su entorno.
    Los textos en prosa que acompañan son el resultado de una
condición que indaga perseverando en lo inconcluso: imágenes a la
deriva, recuerdo-sueño, lectura, accidente y eco –necesidades sin
salida o enlace para llegar hasta el poema– pero que de algún modo,
permitieron su composición.
                                                                                                   J. S.


***
 

Frías

Frías, departamento Choya (Santiago del Estero). 16 de enero de 1939,
en el calor del alba un tren cayó al agua. Dicen que por mucho tiempo los
18 obreros que transportaba se confundieron con troncos y animales
arrastrados por la corriente del río Albigasta. De los poblados vecinos se
acercó la gente. Familias con carros y viandas, acamparon en las
inmediaciones seguros de obtener argumento en futuros relatos. No llegué
a verlo, cuando pasó, no había nacido.


Catábasis

     La suave entrada de la ignota culebra en la retama. El
corazón del ucle horadado por la avispa. La permanente conjetura
del gusano de seda en el ancoche. La estridente caída en diagonal
sobre los talas de los loros. La sensual exploración de las charatas en
los molles. El onírico espionaje del kakuy en el mistol. La limitada
ceremonia con que insiste el escarabajo en el chañar. El violento
relámpago de la lengua del chelko en el vinal…


***


Fuera de lugar. El agua de la vertiente cuenta en la memoria. Aproximándome
resoplo y bebo. Pequeñísimas estrellas arenosas ensayan la turbiedad de frescura
perfecta. Un perfume parecido al nogal, sabor que funde caracoles y raíces complejas,
representan la intimidad de un pasado hecho en la sed, abrevada por lo
que brota en las piedras.

. . .


Fuimos al rio y cavamos como los niños, imaginando ese lecho abandonado y
seco casi para siempre y sí, allí estaba un pavoroso trozo de hierro comido por
el óxido, un ente inmenso y viejo. Buscábamos afanosamente sus ruedas, los brazos
inmóviles de sus palancas, más aún quisimos al maquinista muerto, al
temor de su osamenta, la cabellera o el birrete… Sólo pudimos llegar a la caldera,
limpiar sus tubos, sus atrofiados laberintos y parrillas y jugar, jugar durante
meses.

. . .


Espera. Recuerdo el canal en la Boca del Tigre cargado de aguas verdosas. En
la ribera algunos espinillos y palanchos. El hombre llevaba un viejo panamá
en una siesta de 40º. Vagaba con un pantalón de baño azul y flores blancas.
Con aire distinguido inspeccionaba alrededor detrás de gruesos anteojos.
Vendedores cargaban pan en un canasto. Sonreía, más parecía un jadeo, quizá
habría una cuota de alcohol. Lo he observado y me he dicho en el momento que
en su ir y venir allí escarbaba la inquietud. Cuando aún faltaba para la oración
el hombre ya no estaba. Alguien dijo: en el agua hay un sombrero.



UN tren cayó al agua. Acabo de llegar.     Dicen que agua explora
y va por el torrente apareciendo desde las quebradas
insiste con su beso.                El puente es lo que queda del deseo
paso rodeado por el cielo nublado.
Abajo las escuadras de hierro retorcidas viajando
hasta lo subterráneo.

¿Sabe el rio? ¿La albina del aljibe que despertó en la máquina?
¿Lo sabe?
¿Sabía  el mudo  la mosca  el eclesiástico?

Por la ventana un rayo vio las nubes
en esa línea donde renace un sol que no ha llegado.

Hay piezas que se forman y se desarman por la magia
se asocian con el péndulo.
Por ejemplo el agua puede llegar hasta tus pies
hacer de ellos un puerto
o bien enredarse dentro de tu garganta
y al fin estremecer un mundo dentro de tu sombrero.
Una noche    mucho tiempo después    bebimos en el suelo.
 

***


Dice Empédocles: “Solamente existe mezcla y modificación de lo mezclado”.
y luego: Así como los pintores preparan cuadros, quienes después de tomar en
sus manos las pinturas de diferentes colores y haberlas mezclado en proporciones
necesarias, pintan con ellas formas semejantes a todo”.

 

. . .
 

Desde el pensamiento hasta la geometría. La mirada que copia y crece en los
sedimentos de los gestos. La diversidad que va desde el espacio hasta el mutismo.
Los cristales que se ocultan en una oscuridad desconocida. Esa incierta animosidad
que se aproxima, la traducimos recurriendo a la línea, al color, al olvido
de un borrón como accidente no siempre perseguido. Todo comienza desde
la síntesis de una línea que se anima.

 

. . .


Pierre Klossowski: “Se puede decir siempre que un trazo (o la mancha de color)
vale para el artista lo que la frase para el escritor. Admitamos que sea así: la
frase, incluso una sola palabra o el movimiento de un texto escrito responden
al movimiento de una línea trazada en un dibujo. Pura analogía, que reconoce
el mismo apremio que un motivo obsesivo en campos de expresión totalmente
diferentes. Pero, entonces, el motivo obsesivo siempre sería convertible en
cualquier expresión (entiéndase, fabricación industrial que tenga esa virtud
expresiva), de la misma forma que el espacio mental estaría previamente en
toda clase de espacios empíricos, que hacen real una experiencia corporal, es
decir, en todas y ninguna parte.


 

MATA el río.                     El río mata.
Aguarda mientras asciendes desde el reparo de su lecho.
Su vecindad es hambre de la noche          escapa por el borde.
Sientes que se desata hasta llegar al puente.
Flota como si bajara de la luna al remanso.
Se eriza.                 Se desvanece.
Pregunta a qué le debo.
La hoja donde escribo –le dices–
está sobre la mesa.
Cuento un dibujo.
A veces era un pájaro          o una corzuela
que yace iluminada con poca luz en la penumbra
rastreo la forma con un lápiz
tapo la verdadera oscuridad que lleva adentro
para llegar con un borrón hasta su cuello.

No ves al animal. Ves lo contrario de lo cierto.
Luego rearmo en el boceto.    Regreso a un libro.
El río no pregunta.            Se mece.
 

***


Por eso esperamos. Dejando hablar. El arriba-El abajo. La saeta objetual del
lenguaje que se convierte en brazos del laberinto. Sibila y Oráculo, todo el Dios
expresivo sublimado antes de llegar al discurso. Transmigración y accidente rodeado
por el mundo de los falsos recuerdos. La sospechosa vigilia presente danzando
con una cicatriz que brota y se desvanece en el pasado. La verdadera
autora.

. . .

Fragmentos de la larga esquela (3/02/2002)…no pocos la pierden, no la prueban,
mi destino no era éste y lo sabes o lo has sentido. Pero aún peleo, en vez de
bailarlo, fui bailada.

 


ERA la cáscara del temor que imita.
Erra la duda y llora por silencio o por amor.
Pero no basta. Florece ciega desde el atardecer.
Era su oficio detenerse en lo incierto.
Cuanta riqueza en la labranza de la duda se halla.

Parece una respuesta el rastro que simula.
Se esconde como una salamandra en la pared.
Ojo de niño que contesta.
Estigma.
Fondo de una ecuación que llama entre dos palabras.
Nada.
 

***
 

Bajo el sol, la arena se desliza. Ayuda la presencia del viento y aumenta la deriva.
Tramos, montículos, oquedades borran las huellas de lo que ha vivido. El
cauce seco de la memoria aspira su reserva.


HE visto una liebre en la naturaleza muerta de sí misma.
Hay un olor a territorio recorrido. A dobles labios en la hierba.
A mágica saliva del olvido.


 

Julio Salgado

Julio Salgado

Poeta y pintor, nació en Frías, Santiago del Estero (Argentina, 1944). Inicia su actividad literaria en 1962 en el grupo Jardinalia (Santiago del Estero).  Entre 1964 y 1965 codirige ediciones Jardinalia,  con Carlos Alberto Bruchmann,  que difunde en pequeñas ediciones la poesía argentina y del exterior. En 1970 comienza su estadía en la Capital Federal.  En 1976 se reúne con los poetas Edgar Bayley, Francisco Madariaga y Roberto Sánchez  para fundar el sello Edición del Poeta.
Ha publicado Escrito sobre los animales solitarios (1971), Agua de la piedra (1976), Caja de fuego (1983), Paisaje y otros poemas (1991), El ave acuática (1999), Trampa natura (2000) (2º Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Bienio 2001-2002), Antología poética (Venezuela, 2008), Doble Cielo (2010) Ed. Argonauta (Primer premio Municipal de Poesía, bienio 2008-2009), Muestra de  Poesía Argentina del siglo XX (selección Jorge Madrazo y Julio Salgado 2012- Perú) con el auspicio de la Embajada Argentina en Lima. Preudarjanje  (Ed. bilingüe esloveno –inglés) Studentska Zalozba/ Ljubljana  2013 –Frías/Catábasis (Ed. Paradiso 2016).
Ha participado en diversos festivales internacionales y ha sido integrante de prestigiosos jurados. Coordina Talleres de Poesía.