Tuerto Rey - Poesía y alrededores

en el archipiélago /
textos de aquí

María Elena Aramburú
/ Poemas inéditos

 

Aire sin refugio

 

No ha amanecido aún.
Una niebla rojiza fusiona tierra, árboles, hierba y cielo.
Difuminado, impreciso,
tiembla el mundo tras los vidrios.
¿Quién lo habita?
Apenas, de a ratos, un chasquido de gotas
que cae, del tejado a las piedras,
y en las piedras ya son espejos velados en tiniebla.
Y nada nada que quiebre tanta húmeda quietud.
Como en el sudario de vapores
Que rodean la Casa Usher,
No cantan pájaros ni ladran perros,
Y parece ominoso el aire sin refugio.
El tiempo, emboscado en esta penumbra
del crepúsculo del alba, está en suspenso
y es la vigilia del insomne
cuando se asoma al mundo ajeno,
la que pregunta,
también ella inundada de niebla y de silencio,
lo que ningún amanecer responde.

                      

 

Llamado

 

Alguien te evoca.
No cierres tus oídos a la voz que llega.
Allí, junto al portón vencido,
Hay alguien en cuclillas.

Una forma que espera o se agazapa:
Cualquiera sea su intención, es noche de relámpagos y aullidos,
No le niegues tu amparo ni se vuelva tu espalda.
A ningún gesto de hábito o costumbre te acomodes,
Que en la noche arrecian el viento fiero y las aguas desbocadas.
Los perros temblorosos lamen el dorso de tus manos quietas
Mientras chillan goznes y gimen, los maderos resecos del tejado.
Afuera espera alguien.
¿Qué harás?


¿Es acaso, la herrumbre antigua de todos tus candados,
Los muros polvorientos de volúmenes apilados?
¿Es el sonar de los pasos arrastrados por corredores de cemento
 de una prisión en el llano?
¿Las sogas, las mordazas,

De amenazado cautiverio?

Inclemente en tu silencio, te condenas.

 

 

Tarde gris

 

Cómo reverdece la hierba
Contra la grisalla del cielo
Una lluvia humilde, tenaz
Una lluvia que no quiere dejar de ser
Desde el alba hasta la noche,
Lluvia,
callada y tenue, lluvia
Siempre lluvia.

 

Mece el aguaribay
Su soñoliento follaje
Con el cabeceo triste
De la melancolía de la tarde.


Pájaros de despedida
Gorjean, desde lejos, sus saludos.

Todo lo aquieta el agua mansa.

Más allá del verdor,
Del silencio de la tarde gris
Al otro lado de la solitaria travesía
Se agita el mundo.

 

                                                                                    

 

María Elena Aramburú

María Elena Aramburú

María Elena Aramburú, La Plata, Argentina. Profesora en Letras de la UNLP. Académica, escritora, traductora. Ejerció la docencia universitaria en la cátedra de Literatura Inglesa y Norteamericana en la Facultad de Humanidades. Profesora de Literatura en Institutos Terciarios de la Provincia y en el Colegio Nacional de la UNLP, donde ejerció la Rectoría del mismo en el período 2001-2004. Publicó: Escenarios privados (cuentos, 1983) y Los fuegos de bien amar (novela, 1992, Faja de Honor de la SADE). Ha recibido varias distinciones, entre ellas, el Primer Premio de la Revista Puro Cuento, 1991; la Primera Mención de Honor en el Concurso de Narrativa de la Fundación Inca, 1994; el Primer Premio del Concurso de Cuento 2006 de la Fundación Aurora Venturini, entre otras. Colaboró en periodismo científico en el diario La Nación, edición La Plata.  Escribió en colaboración con Guillermo Pilía, el volumen Historia de la Literatura de La Plata, La Plata, 2001, Ediciones La Comuna. Tiene una novela, La ventana sigue abierta y un volumen de cuentos y otro de poesías, inéditos.