Hermann Hesse
/ Poemas

Desde la infancia
 

Desde la infancia
un sonido me persigue
que una vez me prometiera dicha.
Sin él la vida sería muy difícil.
Si su imagen no suena
me siento sin luz,
veo temor y oscuridad en torno.
Pero de nuevo a través del sufrimiento,
que yo me conquistara,
suena el dulce tono lleno de beatitud
que ningún dolor ni culpa corrompiera.
Querida voz,
luz de mi casa,
nunca más te desvanezcas,
¡nunca más cierres esos azules ojos!
El mundo perdería
su apariencia dulce,
estrellas de todo tamaño caerían,
y yo existiría solo.

Crujido de una rama quebrada
 

Rama en astillas quebrada,
colgando año tras año,
seca cruje su canción al viento,
sin hojas, sin corteza,
raída, amarillenta, para una larga vida,
para una larga muerte fatigada.
Duro suena y tenaz su canto,
suena obstinado, suena secretamente amedrentado
todavía un verano,
todavía un invierno más.