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Laura Calvo
/ Morderse la lengua

Morderse la lengua


              No me parece que lo más urgente sea defender
              una cultura cuya existencia nunca ha liberado
              a un hombre de la preocupación de tener hambre,
              sino extraer de aquello que se llama cultura, ideas
              cuya fuerza viviente sea idéntica a la del hambre
                                                                           Antonin Artaud

 

Mastiqué mi lengua al mediodía
y tan fuerte el dolor
me dejó muda

Vi los bordes de la herida en el espejo
el tajo en carne viva
sangrando para adentro

Con mis dedos enseguida
tapé el hoyo
que dejó de sangrar en ese instante

Probé decir algo simple
-lengua mía-
y ella dijo por su cuenta:

no te abuses,
de ahora en más
hablas o muerdes

 

No, señores
No queremos dialogar ni debatir y
-en particular-
no queremos ser misericordiosos

Un diálogo verdadero se atrevería a descubrir
lo que le atormenta del otro
y sería tan sincero como para concluir
que también lo propio escandaliza

Quizás sea así y quizás no
entre gente como yo
y gente que se come los animales
del zoológico

Quien eche un vistazo
a las obras completas del festín
se dará cuenta de que por fin
alguien echó a correr su dentadura


Basta que algo se haya comido una vez
para que circule por todos lados

Lo mismo que la vejez
el arte de la retórica requiere platos
de extensión moderada

Ni mucho ni poco
ni excesivamente condimentados

Poner la prosa en el lugar del invitado
y el plato fuerte -si lo hay-
que sea caliente

Acábela con que el destino
es un menú sin entremeses

¿Acaso al trigo lo cultivan los peces
y a la hora de comer
no se justifica poner los platos?

Es un milagro, dice usted
comer todos los días

Yo ayer comí pescado
y hoy pastillas para la hipnosis

 

No sólo el arte de comer es un oficio postergado
También el arte de roer se ha visto malogrado
y la ratita presumida
busca pareja como inversión segura

(roedor tenía que ser
para creer que una moneda
puede operar milagros)
¿Con quién me casaré?
¿Qué harán para enamorarme?


La oveja le dijo beeé
el gato le dijo miau
el perro le dijo guau
y el gallo quiquiriquí

¡No, no, que me desvelais!
Y apareció el oportuno ratón:
¿Te quieres casar conmigo?

¿Qué harás para enamorarme?
Dormir, comer y callar
Y la ratita presumida aceptó


Barrer, limpiar, lavar la ropa, cocinar, 
llorar
porque el ratón se ahogó en la sopa

El hambre es el más sabio
de todos los servicios:
redime las funciones que acaban con él mismo

Las viejas tradiciones no se pierden fácilmente

Si el aparato se quedara sin dientes
lo más probable sería que el hambre
dejara de existir

Es del todo indiferente
qué forma y qué material
elija para ello el vicio


(si ofrece placer o impone lo inaceptable)
Sólo estimulará
lo que se quema a sí mismo


El hambre es el más sabio de todos los servicios:

esas papilas gustativas ansiosas por seguir
la lengua acometiendo hasta dejar la fuente limpia

Dicen que los cerdos pueden ver el viento
(no está seguro de no haberlo repetido en voz alta)

Atribuye el que nadie lo oyera
a la perfecta gestión de su dios personal

Dice que no se sentaría a la mesa con uno de ellos
por nada del mundo

pero podría comérselo
con su traje de marinerito y todo

 

No hay motivos para inquietarse:
el hallazgo corresponde a una pierna de cordero
rebosante de proteínas

Un espectáculo turbador
excepcional
y verdadero:

la unidad de la pieza
su dimensión encantadora
todas sus líneas convergiendo hacia la mesa

lugar donde el poeta
acaba
de morderse

 

Laura  Calvo

Laura Calvo

Laura Calvo nació en Laprida, Buenos Aires, Argentina en 1949. En 1980 se radica en Bariloche, donde vive actualmente. Premiada varias veces por su obra poética y narrativa, publicó, entre otros, los siguientes libros: Ángel Fauno (1992), Conquista del Árbol y Poemas Perros (1995 y 1998) y Discursos Vivos (2000). Piedras Blancas fue su primera novela (2005). En 2015 sus libros de Tándem (cuentos) y Chimangos (poesía) fueron premiados y editados por la Editora Municipal Bariloche. En el año 2016 recibió una Mención Especial en el Premio Literatura de la Ciudad Bienio 2010/2011. Publicó un libro para niños, es cantautora y como resultado de su tarea docente publicó Ventanas a la Palabra, el Taller de Escritura en la Escuela (2004).
Todo Laura Calvo en:http://http://www.cibertaller.com.ar/