Tuerto Rey - Poesía y alrededores

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textos de aquí

Roxana Aramburú
/ Poemas inéditos


Alivio


Cómo decir adiós
si no llegaste,
no abriste la valija
si te sentaste
en el borde,
la pierna alerta,
adrenalínico
incómodo
huyendo de lo que
va agarrado a tu espalda
como un gato
silencioso,
negro.
Tan avaro
tan medido tu semen
tus fluidos
tan breves tus palabras
tan escueto de abrazos
míseras tus manos
fugaz la alegría
exiguo el dolor
tus ojos negando
-cegando- el sexo
los cuerpos o la piel,
lo mismo.
Indigencia de amor,
tanta que fue fácil
fue indoloro
fue aséptico
cirugía menor. 
 

Páramo


Desiertos
planos inútiles
extensiones donde ya no crecen
los recuerdos
no construyen
su maraña de abrazos
sus confines
se me borran
no los ve
mi cabeza
acribillada
esponjada
todo parece mío
o parece de otros
no puedo ver el borde
ni la unión
fotos
donde falta alguien
recortado
contra la oscuridad
de una noche
que recién
empieza. 
 

Réflex

                      a Alejandro Carlini


Veo lo que vio
mi piel tensa
grandes ojos
pestañas
veo a través de
orificios diversos
miedo ancestral
al fuego
ahora
soy joven
soy lisa

máquina entre dos
memoria de artificio
su piel músculos huesos
guardando
con ojo mecánico
lo que hacía de mí

enfocando
apretando
ciega de verlo
tal cual
de ver hoy
el intento de amor
ese segundo
que quedó rígido
que fui yo
sin piernas
con campera roja.


Siesta
 

La luz entrará por las ventanas
por las puertas
diferente a cada día y cada hora
sucesivas estaciones
me habituarán
a esta raja de luz
a aquellos círculos
yo giraré con ella
seré parte o querré serlo
y morir aquí, otra vez
otra casa donde morir.
descuelgo la ropa, el sol, la siesta
que conserva mi hueco
que tiene la silueta que yo tuve
mi sombra sin consuelo
el deseo de ser una
con mi casa
con mi cuerpo,
de morir aquí,
finalmente.
 

Volátil


Debí suponerlo
ese día,
la primera vez
su cara sin afeitar
el descuido
se disfrazó de frescura
en el fondo era
qué me importa el mundo.
debí saberlo
al no escuchar mi nombre
no escuchaba otro tampoco,
pero nunca el mío.
Como una entidad
volátil
era yo
una polvareda que
a veces
se asentaba,
se corporizaba
así creo
él me veía
entonces había besos
sexo
rock and roll.
Parecía
en ese instante
(ni un instante era,
menos que eso
un fósforo
con la cabeza húmeda
que hace psss y muere)
parecía digo
que algo sucedía
un fulgor
y no.
No era. Lo supe
pero hubo perfumes,
cambios de peinado
tinturas para disimular
lo roto y descompuesto,
lo vetusto
lo inmóvil
e imposible.
Hubo, decía,
venía diciendo,
sonidos que escapaban
como pesadillas
pero
en otros mundos.
Hechos que sucedían
en otro lado,
quién sabe.
nunca conmigo.

 

 

Roxana Aramburú

Roxana Aramburú

Nací en La Plata. Escribí poesía desde la escuela primaria hasta la adolescencia, pero un día decidí abandonar la escritura. Después me enredaron otros amores y egresé de la UNLP como Doctora  en Ciencias Naturales. Veinte años después sucedió lo inevitable: volví a escribir. Hoy, me siento fundamentalmente dramaturga. En momentos emocionalmente fuertes la poesía me convoca, y voy. Pero nunca quiero estar ahí.
Roxana Aramburú, La Plata, 2014